Existen varios trámites complementarios al contrato de compraventa que pueden generar problemas futuros. 

Por ejemplo, puede suceder que el anterior propietario haya dejado servicios y suministros impagados, que el inmueble presente defectos de construcción o vicios ocultos, así como posibles irregularidades en los contratos y trámites asociados a este tipo de transacciones, como cláusulas abusivas en hipotecas, escrituras públicas o liquidaciones tributarias.

Contar con la asistencia de un abogado desde el principio en todas estas gestiones siempre será mucho más económico que recurrir a profesionales cuando el asunto ya está ante un tribunal. Por lo tanto, un asesoramiento continuo durante el proceso de compraventa reduce los riesgos de contratiempos futuros.